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Apuntes sobre ‘Lacho baji’
26.11.14


18:00h. De los artistas faltan aún Manolo y Piki. Está toda la familia y algunos curiosos que se han «atrevido» a desplazarse hasta El Gornal. De las 98 personas que dijeron que asistirían en una red social que empieza por f apenas aparecen 6. Algo habremos hecho mal con la comunicación, eso, o la respuesta a la pregunta que Mercedes nos lanzó en la entrevista que le hicimos es: nada. La pregunta era: —¿Y todo esto que le importa a los payos?—. La formulaba en referencia al lugar que articula nuestra indagación: Lachó Bají. Lachó Bají (La buena suerte) fue una Escuela Puente para los niños gitanos de unas barracas (luego barracones) situadas entre dos asentamientos de arquitectura igualmente «vernácula», La Bomba y Can Pi. Algunos se refieren a ese lugar intersticial como La Cadena, otros como el Polígono Pedrosa y unos terceros trasladaron el nombre de la escuela al territorio. La escuela fue promovida por el Secretariado Gitano y la administración pública a finales de los 60 , principios de los 70. María Ventura fue una de las primeras dos maestras que levantaron junto con lxs vecinxs el primer barracón de la escuela Lachó Bají, mientras por las mañanas seguía dando clase en la escuela Pomezia en lo que ahora son los bloques de la Florida en L’Hospitalet. Ella y su marido Lawrence, de origen canadiense, nos han dejado escanear algunas de las imágenes de su álbum familiar. En una de las fotos aparece Larry tirado en el suelo abrazado por varios niños a su derecha una niña sonríe y a su izquierda el que algunos han identificado como el tío Raimundo saluda levantando la mano, justo a su vera un niño enseña a la cámara su pose flamenca, de medio lado con el brazo en alto, el último protagonista de esta imagen se rie y parece forcejear para salir de la foto mientras el flamenco le retiene agarrándole por el jersey. Hemos decidido llamar a este proyecto de paseo + cante + memoria con el nombre de esta escuela. No somos los primeros, la entidad con la que colaboramos también toma su nombre de ahí; la asociación Lachó Bají Calí, añade esta última palabra calí, gitana: la buena suerte gitana.

18:30h. Aparecen por fin «El Negro» y Juan, con sus guitarras, hay nervios, es normal. Es hora de empezar: —Esto no es una visita guiada—, dice Paco antes de dar paso al primer cante. Lo que hemos preparado son algunas imágenes, en cuyo reverso hay siempre enfrentado un texto. Su origen es diverso: álbumes familiares, prensa, libros, entrevistas propias y ajenas… Las parejas de imagen/texto no tienen que estar relacionados de forma «simpática» digamos, quizá la relación se establece con la/s imagen/es o el/los texto/s de otro/s de el/los afiche/s, en conjunto forman una constelación discursiva y narrativa de las cosas que nos hemos ido encontrando asociadas a ese lugar. En un mismo plano están recortes de prensa y fotografías personales, los paneles prefabricados de las barracas y la arquitectura escultórica de Toyo Ito, Celestino Corbacho, alcalde de L’Hospitalet desde 1994 al 2008 y principal impulsor del llamado Distrito Económico que hoy se impone a lo que un día fue la ciudad informal, y Papa Mundo, uno de los gitanos viejos que contaba historias en la lumbre de las barracas. No serán las mismas relaciones las que establezca, Aroa con 14 años que Nuria, con algunos más. En cualquier caso lo interesante es que ambas visiones se cruzan, al pasarse algunos de estos papeles Aroa descubre que le hace gracia el acento de Núria, nuestra amiga «Asturialiana»(1) (1. australiana de padres asturianos) y por ahí comienza cierto tipo de intercambio. El arranque es por bulerías, hay que bajar un poco la grabadora porque satura, «No me da miedo de tu querer» dice la letra de Los Barraconeros.

18:40h. Llegamos a la altura de la Masia Can Gotlla. Esta construcción y su palmera son nuestro lugar de referencia para movernos entre IKEAS y hoteles firmados por arquitectos de relumbrón. Para Manolo o Juan es la única manera de conseguir situar su antigua casa, la orientación les dice que el segundo asentamiento de barracones (el construído por el Ayuntamiento después que la riada del 71 desmantelara el primer barrio de barracas) coincide con la ubicación del Hotel Congress, de cuatro estrellas. Pero antes de dirigirnos allí hemos de echar un cante en ésta nuestra segunda parada. Hay discrepancias sobre el lugar exacto, la idea original, más radical sin duda y defendida por Lázaro con vehemencia es entrar en el solar situado delante de la masía, que alguna vez fue el huerto y que ahora es uno de los pocos espacios no construidos. El solar, que conserva algunos árboles y donde la maleza crece silvestre, es propiedad de Benetesa SA, un opaco grupo empresarial-inmobiliario del que participa Bankia con un 20% de las acciones y el Banco Financiero y de Ahorros (BFA) —del que Bankia es su filial— con el 10%; nos ha sido imposible contactar con la empresa de la que aparecen en internet algunos números telefónicos de esos a los que nunca nadie contesta, ninuni, ninuni, ninuni. El huerto tiene para ellos más connotaciones que la masía en sí. Pero somos muchos y acceder al solar aunque sea sólo unos instantes no es tarea fácil. Logísticamente hay algunos problemas: sólo tenemos unos alicates, el empalme de la verja está a ras de suelo y no es demasiado grande. Además si la policía aparece, por muchas explicaciones que demos, estamos allanando una propiedad privada y podría haber complicaciones. Finalmente nos decidimos por hacerlo junto a la masía, el lugar posee además otra capa de significación no exenta de ironía: actualmente es la sede del Consorcio para la Renovación de la Gran Via; en la puerta, el logotipo y la imagen de la nueva Gran Via que fueron diseñados por Mariscal «para dotar de identidad a un territorio comanche»(2)segun sus declaraciones que recogemos en uno de los afiches que repartimos. Antes del cante de Los Barraconeros, Lázaro saca a escena a dos de sus chiquillos, así van aprendiendo. A esta parada, le corresponde el color verde, la fotocopia en papel de color es un pequeño lujo que nos hemos permitido.


19:15h. La fachada iluminada del Hotel Congress está presente durante todo el trayecto desde Can Gotlla. El tránsito es el momento de intercambio más rico, algunos de los gitanos que habitaron estos lugares parecen realmente conmovidos por las imágenes, reconocen a personas, aparecen recuerdos y anécdotas. Efectivamente confirmamos durante el camino que Lachó bají no es, una visita guiada, todo el mundo tiene un recuerdo, un saber, una experiencia de la ciudad que compartir con lxs demás. No habla alguien y lxs demás escuchan, sino que todxs hablan unxs con otrxs en una conversación múltiple y descentrada.  El hotel es uno de los puntos más significados del recorrido porque su ubicación coincide con la de los barracones. Aquí también hay dudas sobre el lugar exacto donde realizar la acción de reconstruir el territorio con la memoria cantada: hay una fuente que llama la atención de los artistas, pero también otro pequeño solar justo al lado donde según Manolo aún se pueden ver algunas baldosas de sus antiguas casas en el suelo. La altura del cañizo y la vaya de chapa grecada dificultan una vez más el acceso, los solares se nos resisten, sin embargo la dirección del hotel accedió a que pudiésemos ocupar por un momento sus instalaciones. Tampoco será la fuente, finalmente la terraza de la cafetería es el lugar elegido. Hay un problema con las pilas de la grabadora, mientras Los Barraconeros ensayan y desvelan la letra que de forma más explícita tiene que ver con el tema que hoy nos ocupa. Parece que dan cierta preeminencia al vídeo frente a la acción en sí. Mercedes comenta con el grupo mientras hacemos tiempo «Al Luis le está entrando su niñez y quiere quitarse los zapatos y andar descalzo, ya se los ha quitao. Le ha nacido el instinto de su niñez de los barracos, se ha quitao un zapato pa que veáis». A su lado Luis refriega sus pies descalzos en el suelo de la terraza del Hotel Congress. Mercedes añade: «De aquí remanecemos todos», una niña le contesta: «¿De un hotel?». Ya están cambiadas las pilas.

Franco las llamó barracas
Y otro jambo barracones
[…]
De noche
Los viejos
Viejas historias contaban
Sentaito y en la yaqui
El manolo se quedaba
De quién sinela ese niño
Que se ha quedado dormido
Anda llévalo a la cama

‘yaqui’ es ‘fuego’ en caló, y ‘de quién sinela’ significa ‘de quién es’.

19:45h. Desde el principio las estimaciones de Los Barraconeros acerca de la ubicación de la escuela Lachó Bají la hacen coincidir con la puerta de entrada a los pabellones de la Fira 2 de Gran Via, extensión de la Fira Montjuïc. Siguiendo sus indicaciones en la postal que hemos editado colocamos el nombre del colegio sobre una construcción que se parecia en la vista aérea y que se corresponde efectivamente con la puerta de la Fira. La foto representa un momento extraño, principios de los 90, justo el momento de transición, ya aparecen las calles y el parcelado actuales pero aún no hay rastro de IKEA o de las formas orgánicas proyectadas por Toyo Ito. Alguien comenta a mala leche, que parece un durum de pollo, el durum ganó el premio de arquitectura Emporis Skyscraper Award 2010 al mejor rascacielos del mundo según comentó Manel Domínguez del Centre d’Estudis de L’Hospitalet, que compartió esos datos con nosotrxs mientras caminábamos. Añade también que la altura de edificio fue ampliada en dos metros precisamente para poder ser considerado eso, un rascacielos. La suma de la enorme escala de los edificios y a la ausencia de personas que transiten las calles, conforman un escenario extraño y, en cierta medida, inhóspito, se puede percibir de forma a ras de piel los intereses que le han dado forma. Para acabar, de modo espontáneo —no estaba previsto en nuestro plan inicial— los miembros de Lachó Bají Calí, grandes y pequeños, cantan a coro una canción que compusieron para la comparsa del pasado carnaval, se titula España está pelá y es una adaptación del I will survive de Gloria Gaynor.

04:40h. Los Barraconeros han estado ensayando de forma un tanto compulsiva por los nervios. La voz de uno de de los invitados a la noche cruza desde una esquina el backstage, «President Arthur no, President Pepe» Arthur es Artur Mas y Pepe, uno de los artistas de la noche. El horario marcado por los responsables de la noche se va cumpliendo fijo como el reloj. El vídeo para la proyección que secundará a Los Barraconeros es el que ha estado a punto de quedarse fuera, llega justo a tiempo, vamos desfilando para abajo.
Mercedes parece que tiene un poco de lache, no le convence ahora la presentación que habíamos preparado para intentar compartir el proceso de trabajo. Salen ella y Paco, ya en el escenerio parece más traquila y al principio se la juega un poco a Ortiz Nuevo, pero finalmente es él el que consigue dejarla fuera de juego al preguntarle si «le puede mostrar qué es la buena suerte gitana». Es el turno de los Los Barraconeros, entran al escenario y las dos primeras filas, ocuadas por la familia se encargan de jalearlos y arroparles.

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