El año pasado impulsamos El Conuco , un huerto transfronterizo en la finca de Les Cabasses , en el Parc Agrari del Baix Llobregat, donde sembramos semillas de todo el mundo de manera ecológica. Una forma de compartir conocimientos, costumbres, gastronomía y afectos, aparte de semillas, entre las vecinas de la ciudad. Entonces, nos preguntamos: ¿Qué ocurre con las semillas que migran? ¿Qué saberes y relatos llevan en su interior? Si hacemos una biblioteca de semillas, ¿cómo archivamos estos conocimientos?
Estas son las preguntas que nos hicimos durante unos días con Paloma Sttaford y Antonio Monroy, que nos ayudaron a pensar en una futura semillateca que guarde semillas migrantes y los saberes de las personas que han decidido guardarlas. Además, a partir de la técnica Nendo Dango de Fukuoka, aprendimos a hacer bolas de semillas para conservarlas.
Primero fuimos al campo de Les Cabasses a recoger tierra y, con diferentes filtros —incluso una almohada— intentamos hacer arcilla y obtener una tierra muy finita. Una semana después, con la arcilla y un poco de agua, o con agua y compuesto, hicimos bolas de semillas . Con la humedad que se genera se pueden conservar en buen estado durante bastante tiempo y, además, la mezcla de componentes ayuda a que crezcan mejor.
Por último, imaginamos qué forma debería tener la semillateca . ¿Sería una mochila, para que pueda moverse y desplazarse tal y como hacen las semillas? ¿Cómo las clasificaríamos? ¿De qué forma dejaríamos constancia de los saberes y conocimientos que queremos transmitir? ¿Cómo mantenemos el vínculo si nos sentimos desarraigadas? ¿Cómo hacer crecer de nuevo nuestras raíces?
En otoño continuaremos pensando cómo diseñarla. ¡Os esperamos!