Nos da un poco de rabia (para entender porqué, ver el post anterior) esta noticia. Al parecer el MoMA tiene una parcelica abandonada en la West 53rd Street de Nueva York, y ha invitado a cinco equipos de arquitectos a demostrar de lo que son capaces con unos sencillos módulos prefabricados. Podéis leer la noticia completa en el New York Times. Mucho nos tememos que este tipo de experimentos arquitectónicos sólo pueda realizarse de un modo estetizado, renunciando a un uso continuado a medio o largo plazo y únicamente al amparo de una gran institución cultural capaz de rentabilizar la inversión (o de Construmat).