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Escuela XXL: castigados sin patio
1.11.07


Lord Foster (Norman para los amigos) ha diseñado la escuela más cara Reino Unido (46,4 millones de libras esterlinas) y posiblemente una de las más grandes: la Thomas Deacon Academy en Peterborough. Pero con todo, el rasgo más llamativo del centro es que carece de un patio. Los estudiantes disfrutarán de una pausa de 30 minutos para el almuerzo, así como de descansos durante las horas lectivas y podrán beber agua durante las clases. También pueden ir al lavabo sin tener que levantar la mano…

El director del centro, Alan McMurdo justifica en unas declaraciones a la BBC la decisión de no construir un recreo de esta manera: «Esta es una enorme inversión de dinero público y creo que lo que la ciudadanía reclama es un aprendizaje máximo. La gente se da cuenta de que los más jóvenes pueden jugar en su tiempo libre y en sus comunidades locales».

Dejando a un lado que el uso de los espacios públicos está cada vez más restringido para niños y niñas, haciendo bastante complicado eso de «jugar […] en sus comunidades locales», parece que el principal motivo para suprimir el patio en el nuevo diseño es la ‘eficiencia’. Oigamos algunos argumentos más que el señor McMurdo ofrece al Daily Mail: «Los estudiantes no tendrán necesidad de desfogarse porque no estarán aburridos» y por otro lado «Los estudios demuestran que si los chicos están concentrados en las clases durante todo el día, su rendimiento mejora». Está claro que el primer argumento se fundamenta en una presuposición ‘atrevida’ cuanto menos y el segundo… Sin embargo otro argumento bastante más palpable es que «Para una escuela de este tamaño, el patio tendría que haber sido enorme, algo prácticamente incontrolable. Hemos suprimido un espacio incontrolable para prevenir el bullying y el absentismo.» Toda una medida preventiva al más puro estilo ‘guerra contra el terror’. Está claro que un patio así deviene un espacio que se presta en exceso a la indeterminación, que no puede ser fácilmente controlado y optimizado en función de los estándares de producción de instrucción de la escuela.

Pero la cosa va a más: «Los responsables del centro piensan que los estudiantes deberían ser tratados como empleados de una compañía y que no necesitan un tiempo ‘desestructurado’ en el que jugar y dar patadas a un balón, porque [de nuevo] su ‘experiencia de aprendizaje’ no será aburrida», según recoge el periodista Daniel Bates también en Daily Mail. Está claro que incluso los trabajadores de una empresa tienen, por ley, derecho a descansos, pero más allá de esto parece que una vez más están en juego los modelos educativos en relación con la producción de fuerza de trabajo y de formas de gobernabilidad.

La Thomas Deacon Academy no propone suprimir los encuentros fortuitos, las conversaciones informales y el establecimiento de relaciones sociales entre sus estudiantes, de hecho en el eslogan de la academia se menciona que sus espacios educativos son «flexibles», para eso mantiene la pausa informal de 30 minutos del almuerzo y por eso habilita espacios relativamente abiertos y confortables, porque suprimir esto iría en contra de los modelos de producción postfordistas basados en la circulación de la información. Pero sí pretende poner coto y dirigir el flujo de esas relaciones sociales y actos de comunicación entre los estudiantes/empleados, de manera que aquellos (las relaciones sociales, los afectos, el habla…) se ‘pongan a trabajar’ para el sistema educativo/productivo.

Un ejemplo ambiguo de esto último es el de la escuela Fuji Kindergarten diseñada en Tokyo por los arquitectos Takaharu y Yui Tezuka, quienes situaron un gran patio oval en el centro de la escuela, rodeándolo de aulas, cerradas éstas por un muro cortina que se extiende de manera continua alrededor de ese gran espacio indeterminado. Además convirtieron el techo del edificio en una especie de ‘pista de carreras’ en la que los lucernarios de las aulas sirven de mobiliario sin uso concreto que los niños y niñas utilizan efectivamente para jugar, y más aún todavía, la pista-techo se comunica con el patio de la escuela no sólo por unas escaleras sino también con un tobogán (rollo Carsten Höller). Todo en la Fuji Kindergarten está dirigido a estimular la creatividad de los niños y niñas, pero tal vez la pregunta pertinente sea una vez más ¿creatividad para qué?

 

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