Mucho se ha hablado últimamente del «alarmante» fracaso de la Educación Secundaria la luz de los datos arrojados por el informe sobre el estado de la educación en Catalunya 2006-2007, elaborado por la Fundació Jaume Bofill y debidamente publicitado por los medios de comunicación que, intencionadamente o no, alientan las soflamas en favor de la disciplina y lo que los anglosajones dieron en llamar «vuelta a lo básico».
Ayer aparecía publicado este artículo de Nora Catelli que escapa de la falsa disyuntiva a la que esta situación parece abocarnos: o volvemos a la disciplina y a un curriculum tradicional fundamentado en las «competencias básicas» de la lecto-escritura, las matemáticas y poco más o huimos hacia adelante en una perpetua renovación pedagógica liderada por pedagogos y tecnócratas armados con las más variopintas recetas para la «mejora» de la educación.
En realidad, como hace Catelli, la situación debe ser examinada desde una perspectiva mucho más compleja y que tenga en cuenta factores estructurales que permanecen interesadamente velados, así como el papel de la educación en los actuales sistemas de producción: el abandono la educación no obligatoria por parte del 30% del alumnado permite cubrir una enorme bolsa de trabajos «no cualificados» al tiempo que deja el terreno libre para que las élites accedan a la gestión del espacio público.
Merece la pena leer el artículo al completo.