El 26 y 27 de octubre de 2006 se celebró en Oslo una conferencia titulada: Educación Emprendedora en Europa. La conferencia se celebró a raíz y como prolongación del comunicado de la Comisión Europea sobre El fomento de la mentalidad emprendedora a través de la educación y el aprendizaje, adoptado en febrero de ese mismo año y con el objetivo de promover de una manera «más sistemática» la emprendiduría, basándose en «las evidencias concretas» y las recomendaciones de la Comisión. Podéis leer el informe completo aquí.
La conferencia se hizo eco de políticas y prácticas que fomentasen mentalidades emprendedoras de los jóvenes a lo largo de todos los niveles educativos, «desde la escuela primaria hasta la universidad». También se dio cobertura a los instrumentos financieros que la UE ha puesto en marcha para apoyar proyectos de educación emprendedora.
Se abogó por «una mejor integración de los programas y actividades en los curriculums establecidos» aunque también por mantener «la flexibilidad en la participación y los contenidos». Es decir, que los proyectos de educación emprendedora tengan validez curricular pero que sus contenidos sean decididos por los agentes que los llevan a cabo y que el cursarlos o no sea decisión de los estudiantes. Igualmente se sugiere que la emprendiduría sea integrada como elemento horizontal en todas las áreas de estudio (especialmente en primaria y secundaria) yo como disciplina de pleno derecho (especialmente en la educación superior). El informe señala que, «en cualquier caso deben ser introducidas pedagogías innovadoras en todos los cursos como base necesaria para la construcción de un espíritu emprendedor».
Se dice asimismo que «la tutorización o el coaching de personas con experiencia en el mundo de los negocios debería ser un elemento básico en todo entrenamiento emprendedor». Así pues «es necesario incrementar la asociación entre el sector público y el privado. De todos modos, «no es suficiente con sólo traer emprendedores a las clases: los estudiantes deberán estar directamente involucrados en proyectos de empresa».
El informe, de 94 páginas, recoge experiencias e iniciativas en educación emprendedora repartidas por toda Europa. De este modo nos hemos enterado que el Principado de Asturias es pionero en el estado español en temas de educación emprendedora gracias a los programas Empresa Joven Europea (EJE) y Una Empresa en Mi Escuela (EME) Los programas surgen como parte integral de la transformación de Valnalón en una ‘Ciudad Tecnológica’ y se apoya en la creación de una empresa pública para la gestión dl proyecto integral de regeneración, promoción y dinamización industrial que incluye las políticas y programas educativos.
Hace tiempo que venimos pensando (y diciendo) que el principal problema de la escuela es el desfase entre sus prácticas, surgidas de las necesidades formativas en los inicios de la era industrial y la realidad de los sistemas de producción actuales. Parece que alguien en la comisión europea ha decidido tomar cartas en el asunto. Lo que sorprende es que esta intervención se produzca, principalmente, en los contenidos curriculares y no en el ‘curriculum oculto’ como ha sido habitual desde hace décadas. Es evidente que, tarde o temprano, la escuela necesitará reajustar sus hábitos y rutinas para que sean de utilidad al sistema productivo informacional; por otra parte, parece que cada vez es necesaria menos gente para producir riqueza (información, conocimiento y creatividad) de modo que la escuela produce un exceso de personas formadas que, mientras tanto deberá cribar estimulando la competitividad (aquí sí que encontramos una acción inscrita en el currículum oculto que se adapta a las necesidades del sistema).
Lo cierto es que el informe señala prácticas y políticas educativas e innovaciones pedagógicas que suscribiríamos plenamente, como la asociación de la escuela con agentes y colectivos externos, la puesta en marcha de proyectos transversales que atraviesen las distintas áreas de conocimiento o la permeabilización, en general, de dentro a fuera y de fuera a dentro, de la institución escolar, por decir algunas así, al vuelo. Lo que no suscribimos es el pliegue del sistema educativo a las necesidades del sistema de producción, más cuando viene dado de una forma incontestable y camuflado de reforma educativa con coartada social.
Tal vez quepa añadir que la emprendiduría está dejando de ser una opción libremente escogida para ser un imperativo estructural derivado en parte del desmantelamiento del estado de bienestar, la inclusión de los bienes inmateriales en el sistema de mercado o la subsunción de las políticas públicas en las dinámicas del mercado global (es un caso paradigmático el de las industrias culturales, de eso sabemos algo). Es decir, que a la fuerza seremos emprendedores o no seremos nadie.
Vía Firgoa.