Proyecto de intervención en el espacio social y arquitectónico de la escuela fundamentado en un proceso colaborativo de construcción de conocimiento en el que puedan participar estudiantes y docentes.
projecte3* fue, antes que nada, la voluntad de entender la educación como un proceso abierto de aprendizaje horizontal entre todos los agentes implicados.
Dicho esto, projecte3* se presentó como un proyecto de colaboración entre instituciones públicas -el CEIP Prat de la Manta y el IES Joanot Martorell-, una entidad privada -LaFundició- y un colectivo de arquitectos –Catarqsis + Santiago Cirugeda-; y como una colaboración a largo plazo, que se pretendía durara como mínimo un curso escolar. Es importante reseñar estos aspectos organizativos pues marcaban el talante de los procesos de trabajo que se querían establecer y de su “producto”. Podemos entender como uno de los objetivos de projecte3*, el iniciar una metodología donde cada una de estas entidades o colectivos aportase sus saberes en un proceso conjunto de construcción de conocimiento. Entendíamos esta aportación no sólo en términos de “conocimiento experto” si no también como la posibilidad de revisar, desde perspectivas diferentes, los propios hábitos de pensamiento y acción.
Con projecte3* proponíamos a los alumnos y maestros de la escuela Prat de la Manta y el Institut Joanot Martorell un análisis de la institución ‘escuela’ que se quería desarrollar en tres niveles que, a su vez, se articulaban alrededor de tres preguntas concretas:
1. ¿Cuales son los hábitos y saberes que reproduce la escuela?
2. ¿Porqué son estos y no otros?
3. ¿Cuáles son las rutinas y los usos del lenguaje que operan la reproducción de estos hábitos y saberes?
Las preguntas 1 y 3 tienen un matiz cada una que también nos parece esencial de analizar:
1.1. ¿Cuales son los hábitos y saberes que hay fuera de la escuela? ¿Y cuales son sus canales de transmisión?
3.1. Concretamente ¿cuales son las rutinas, los usos y las disposiciones del espacio que contribuyen a la reproducción de los hábitos y saberes normativizados por la escuela y mediante la escuela, en cuanto que institución?
Durante toda esta fase, proponíamos entender la escuela como una herramienta: si vemos la escolarización como una tecnología de la subjetividad, podemos entender la escuela, sus horarios, asignaturas, jerarquías, espacios… como herramientas con un uso determinado.
Esta concepción de la escuela como herramienta (y de la educación como tecnología) tiene diversas ventajas:
1. Pensar la escuela como una herramienta permite pensar diferentes usos que pueden ser múltiples en función de quien es el usuario y cuales son sus intenciones.
2. Podemos pensar en nuevos usuarios de esta herramienta, la escuela. Si entendemos que habitualmente, en cierta medida, los alumnos son el “material” que la escuela, como máquina o como herramienta, procesa, modela, manipula, etc. podemos invertir esta concepción y ver a los alumnos como posibles usuarios de la escuela, como sujetos agentes y no como objetos pacientes. Yendo más allá podemos incentivar la invención de nuevos usos por parte de estos.
La escuela Prat de la Manta se encontraba ubicada en el barrio de Santa Eulàlia (L’Hospitalet de Llobregat). Viéndose afectada por el plan urbanístico que abre L’Hospitalet a la ciudad de Barcelona através de la Gran Vía, ha sido demolida para someterse en un nuevo proyecto arquitectónico. Durante el periodo de edificación de la nueva escuela se habilitaron para los niños y niñas del Prat de la Manta unos módulos provisionales.
La escuela siempre ha tenido muy presente la voluntad de construir una educación común desde el barrio y trabajando de forma estrecha con otras instituciones de L’Hospitalet, entendiendo que no es la escuela, exclusivamente, quien debe legitimar el aprendizaje. La integración del centro educativo en el tejido social: la familia, las entidades, las empresas, la ciutadanía son claves en el éxito del proceso socioeducativo.
Finalmente la colaboración con la escuela tuvo que suspenderse y el proyecto se desarrolló únicamente con la participación del Institut Joanot Martorell.
El instituto Joanot Martorell es encuentra ubicado en Esplugues de Llobregat, muy próximo al plan urbanístico que abre la ciudad a Barcelona através de la Diagonal y, en 2006, a la espectativa de como iba a afectar esto en el futuro del centro. El centro, que fue proyectado como edificio prefabricado para la enseñanza de primaria se inauguró el año 1970-71 como “Instituto experimental piloto”. Durante los años 1983-1984 sufre una ampliación necesaria para cumplir las condiciones de centro ordinario que lo llevó a un proceso de obras durante los años siguientes.
Este, que fue durante muchos años el único instituto de enseñanza secundaria en Esplugues, se enfrentaba entonces a una situación peculiar por el bajo índice de matriculación, debido a su emplazamiento alejado de las zonas residenciales.
Uno de los puntos en común entre Catarqsis y LaFundició es el hecho que comprenden la arquitectura en términos muy parecidos a los que nosotros empleamos por describir la educación: Para Catarqsis, colectivo ahora ya disuelto, la arquitectura era también una tecnología, que consiste en la conjunción de espacios y actividades por un lado, y de espacios de la otra, es a decir: de espacios en los edificios o en la ciudad. Para Catarqsis, la arquitectura pertenece al mismo estrato que la etología, el conductismo o la ergonomía, ciencias muy próximas a la pedagogía. Tanto Catarqsis como LaFundició, entendíamos que todas estas ciencias son instrumentos, pero que ninguna de ellas rinde cuentas de sus objetivos y finalidades sociales, ninguna se plantea el tema del poder de forma explícita.
Santiago Cirugeda es un arquitecto y activista cultural que trata de modificar el entorno urbano mediante intervenciones innovadoras y económicas con el objetivo de generar cambios sociales y mejoras en la calidad de vida. Sus proyectos se insertan en los vacíos legales que aprovecha para poder actuar, cuestionando las ordenanzas urbanísticas que tratan de preservar unos determinados criterios estéticos sin favorecer las condiciones de vida de las comunidades.
En sus trabajos son comunes los conceptos de aquitectura efímera, reciclaje, estrategias de ocupación, prótesis y participación ciudadana en la toma de decisiones.
La escuela Prat de la Manta estaba en 2007 marcada por su propio estado transitorio, en construcción, y por la radical transformación que subría su contexto más próximo: el barrio de Santa Eulàlia de L’Hospitalet y el Distrito Económico Gran Vía (DEGV) en el epicentro del cual acabaría emplazándose. Como todo aquello que se encuentra en proceso, estas circunstancias estaban cargadas de potencias. Esto no quiere decir, de ningún modo, que idealizásemos esta situación precaria y reconocíamos perfectamente las incomodidades y los inconvenientes, pero nos parece muy interesante afrontar la manera en que estas potencias se pueden llevar a efecto o no.
La operación urbanística del DEGV viene dada por la necesidad de conectar el puerto y el aeropuerto de Barcelona, integrando a la vez la Feria y garantizando la intermodalidad de los transportes. Así, se ha convertido en la tercera operación más relevante de Catalunya con 1.500.000 m2 de techo edificable. La presencia de estrellas internacionales de la arquitectura como Toyo Ito, Jean Nouvel, David Chipperfield o Richard Rogers permitirá identificarla como pieza de una de las capitales globales: Barcelona.
Uno de los objetivos de projecte3* era pensar entre todos cuál es la relación de la escuela con todas estas grandes transformaciones urbanísticas y sus posibles repercusiones.
Por su parte, la situación geográfica del IES Joanot Martorell estaba marcada en 2006 por la ausencia de un contexto propiamente urbano. Se sitúaba en una de las pocas bolsas de suelo edificable aún no urbanizado adyacente al término municipal de Barcelona; escondido entre un nudo de entradas y salidas que comunican Esplugues con la Avenida Diagonal y la Ronda de Dalt, rodeado por descampados y por la zona muy poco densamente edificada del barrio de Finestrelles. Justamente en este barrio se llevará a término el conocido popularmente como ‘Pla Caufec’.
El futuro plan tendrá 234.000 m2 de techo edificable y preveía la construcción de viviendas, un gran centro comercial y de ocio, un hotel y una extensa zona de oficinas y locales comerciales entre los que destacaban dos torres de 23 plantas diseñadas por el arquitecto Ricardo Bofill. También estaba previsto crear una gran zona verde que ha sido la principal reivindicación de los vecinos. Así pues, el IES Joanot Martorell iba a pasar de encontrarse en medio de un terrain vague a verse rodeado de una multiplicidad de programas más o menos solapados propia de la metrópoli.
Este marco de análisis, en todos sus apartados, podía sufrir cambios, recortes o ampliaciones en función del interés o el deseo de todos aquellos que intervendrían. Dicho esto, proponíamos este marco de análisis como un punto de partida para recaudar toda una serie de inputs que pudieran ser útiles para llevar a término la fase propiamente creativa del proyecto.
Proponíamos a los alumnos, en colaboración con sus maestros, el equipo de LaFundició y el colectivo Catarqsis+Santiago Cirugeda elaborar un programa de actividades, una relación de contenidos y una metodología para ser empleados en un nuevo espacio anexo a la escuela, así como el diseño arquitectónico de este nuevo espacio dónde se llevarán a término.
Sugeríamos que este programa tuviera una duración de un curso escolar entero (2006-2007) y que fuera considerada una área de conocimiento añadida al temario escolar estándar.
Planteamos un diálogo en torno a la propia educación y la institución escolar y proponíamos crear un archivo audiovisual en el que se recogiesen representaciones de la escuela, tanto en los medios de comunicación o las producciones culturales como en el entorno cotidiano.
Usamos el horario escolar para ver cómo se articulan las disciplinas que componen el currículum escolar, y preguntarnos por qué estudiamos estas y no otras, por qué la fragmentación de las áreas de conocimiento, por qué dedicamos más horas a unas que a otras…
Se invitaría a los y las estudiantes a exponer ante la clase cómo gestionaban su tiempo de ocio y se planteaba la posibilidad de hacer grupos de trabajo según la afinidad de los intereses por hacer públicos los aprendizajes extraescolars así como el análisis de qué y como aprendemos fuera de la escuela.
Proponíamos realizar un dossier sobre los edificios que ocupábamos y su entorno urbano, mediante la realización de fotografías, dibujos, tomando medidas, etc. Así como los flujos de personas, suministros o información y su circulación por el espacio. Durante toda esta fase se habilitaron espacios y medios para poder exponer de manera pública la información, los procesos y resoluciones del trabajo.
En colaboración con Catarqsis se quería proponer a los alumnos diseñar y producir una serie de intervenciones al espacio arquitectónico que con un mínimo de recursos técnicos que supusieran una alteración máxima de los usos del espacio. Por último, se proponía iniciar el diseño del nuevo espacio en función de las necesidades y las características que se hubirean requerido y con la estrecha colaboración de Santiago Cirugeda y Catarqsis.
Una vez el espacio estuviera construido sería el momento de inaugurarlo y abrirlo al público, e iniciar la tarea de gestión.