Hace poco descubríamos, gracias al del.icio.us de los amigos de Straddle3, la ‘vida y obra’ de Jane Jacobs. El lugar común está bien empleado, porque vida y obra parecen dos elementos inseparables en la figura de Jane Jacobs: urbanista, escritora y activista americana de origen canadiense conocida, entre otras cosas, por la publicación en 1961 de The Death and Life of Great American Cities, una crítica al racionalismo de las políticas americanas de renovación urbana de los años 50, tanto como un alegato por una ciudad densa, compleja y abierta a la participación efectiva de las comunidades y la ciudadanía en su gobierno y su gestión.
A principios de este año, The Municipal Art Society de Nueva York organizó una exposición titulada Jane Jacobs and the future of New York con la que se quería actualizar su legado en un momento histórico que guarda importantes similitudes con el que ella misma vivió por el volumen y la importancia de las operaciones urbanísticas que se están realizando en ‘la gran manzana’. Pero los procesos de gentrificación y los planes urbanísticos abusivos no son exclusivos de Nueva York y parecen darse en todas las grandes ciudades que compiten en el mercado global; Josep Maria Montaner, publicaba en El País este artículo en el que habla sobre la exposición dedicada a Jane Jacobs y establecía algún paralelismo entre la historia de Nueva York y Barcelona, desde los desmanes porciolistas hasta las actuales luchas vecinales en Poble Nou, Ciutat Vella o la Barceloneta.
El sitio web de la expo contiene una cantidad ingente de información entre la que destacan los vídeos de las diferentes conferencias que se organizaron; sin embargo, una de las secciones que más nos ha llamado la atención es la del servicio educativo, que plantea, entre otras cosas, que los estudiantes creen mapas subjetivos de sus barrios, analicen los mapas oficiales y la información que proporcionan, comparándola con la que ellos mismos han generado o que salgan a las calles a observar, registrar y analizar qué sucede en ellas o invitar a miembros de asociaciones y movimientos vecinales y activistas a la clase.
Casi de manera automática nos asalta la duda de si una propuesta pedagógica de este tipo sería siquiera “pensable” en muchos de los centros escolares de nuestras ciudades, en un momento en que las escuelas parecen cada vez más cerradas sobre sí mismas debido a las restricciones legales y la “demonización” (en gran parte mediática) de los colectivos de estudiantes, padres y madres (por otro lado la política de “Centros Abiertos” que ceden sus equipamientos durante los fines de semana para su uso ciudadano poco tiene que ver con un proyecto de centro realmente integrado en el tejido social de un barrio y sensible a sus problemáticas y a la vida urbana). Mucho menos factible aún nos parece la posibilidad de fomentar desde las escuelas la participación de los estudiantes en las reivindicaciones vecinales o, simplemente que éstos se impliquen en cuestiones urbanísticas (por muy paradójico que resulte el hecho de que los estudiantes sean también un colectivo directamente afectado por las decisiones de urbanistas, políticos y planificadores). A este respecto nos viene siempre a la mente la negativa del director del IES Joanot Martorell a abordar siquiera desde una perspectiva analítica, las transformaciones que el Pla Caufec iba a tener para los estudiantes que participaron en projecte3* y para el propio centro, que se haya en medio de esta operación urbanística, una de las más importantes del área metropolitana de Barcelona y de las más polémicas. Viendo cómo los centros educativos se atrincheran en su función de meros administradores del conocimiento oficial (una tarea que se pretende de manera errónea aunque no desinteresada “políticamente neutral”), rechazando cualquier implicación en los aspectos que afectan directamente a los estudiantes en su vida cotidiana, parece que el espíritu comprometido de Jane Jacobs cae actualmente muy lejos de nuestras escuelas…