Nos hemos estrenado en el mercado de Torrente Gornal con una jornada la mar de rica!
Tras meses generando alianzas, negociando con distintos agentes del territorio, y poniendo mucha ilusión, ayer «Cocinamos el Trajín» acompañadas por proyectos que tenían mucho que compartir.
La sesión dio comienzo con Laia y Achoura, de Mujeres Pa’lante, quienes pacientemente enseñaron a las que allí estábamos a cocinar dos tipos de dulces típicos de Marruecos. Aunque el día de antes ya habíamos comprado todos los ingredientes en el mercado, generando así una primera toma de contacto con las paradistas (el audio de las conversaciones lo puedes escuchar próximamente «aquí»), se nos olvidaron algunas herramientas, como platos, vasos, un cuchillo… que los paradistas del bar amablemente nos prestaron.
Entre harina, huevos, agua de azahar y dátiles, fuimos dando forma a la conversación a la par que a nuestros dulces. Entremezclada con el árabe, ya que la mayoría de mujeres eran de allí, las charlas recorrían derivas que iban desde la puesta en común de nuestros lugares de procedencia -encuentros entre paisanas-, trayectorias vitales, hasta cuál era la textura y tamaño ideal del dulce mientras algunas tomaban apunte de la receta.
Tras hacer las delicadas decoraciones, al horno y a esperar mientras los paradistas se acercaban al olor del rico postre.
Podréis encontrar las recetas de estos dulces en nuestra sección «Recetario«.
Una vez en plato (estaban deliciosos!), nos sentamos en torno a la mesa para disfrutar de los dulces al tiempo que Susana, de «Cocinar Madrid. Poéticas del gusto» compartía los procesos en que ellas están metidas. Su diagnóstico nos daba pie a enlazar con la situación en que se encuentra el mercado de Torrente Gornal: un lugar que comenzó con mucha vida y que ve cómo poco a poco las paradas van bajando la persiana. En medio de uno de los barrios con mayor densidad de Europa, ¿cuál es el potencial que aún no se ha explorado para que este espacio vuelva a ser habitado?
Estas preguntas animan a que algunas paradistas nos expliquen su férrea apuesta por un modelo de alimentación en que se sepa lo que se come y la calidad del alimento no decaiga. Así es cómo se entra en sintonía con «ese cocinar» que acabábamos de experimentar de la mano de nuestras compañeras marroquíes: cuidando el producto y compartiendo el resultado con la comunidad que allí nos rodeaba.
Aquí os dejamos la charla. Esperamos que os guste!