Des dels blocs se despliega y articula desde y en colaboración con el Centre Municipal Ana Díaz Rico, situado en la Plaça Blocs de la Florida (Hospitalet).
Los bloques fueron construidos en 1955 por la Obra Sindical del Hogar del régimen franquista, que bautizó el barrio con el nombre de Onésimo Redondo. 20 bloques con 816 pisos de 40 m2, en los que fueron realojados parte de los habitantes de las barracas del Somorrostro, Montjuïc y la Bomba —barrios informales autoconstruidos por personas migrantes llegadas desde diferentes puntos de la península, en los que también fue importante la presencia de familias gitanas—.
Como muchos polígonos de vivienda levantados en las periferias urbanas sobre zonas hasta entonces rurales, los bloques carecían de servicios y condiciones urbanísticas óptimas —como alcantarillado, pavimentado, escuelas, transportes y otros servicios públicos— situación que marcó el movimiento vecinal de los años 60 y 70. Más tarde, las luchas de este movimiento fueron integradas en un relato épico de los barrios y dieron pie a una fuerte identidad extensamente compartida. Esta identidad homogénea se fragmenta y disemina a partir de los años 90 cuando llegan a Hospitalet los primeros flujos migratorios transnacionales.
Debido a la desproletarización del barrio —derivada del aumento del paro y la precarización del trabajo—, el debilitamiento de su tejido social y las tensiones entre grupos con orígenes y trayectorias diversas, sumados a las deficiencias habitacionales, los bloques devienen progresivamente un barrio de relegación que acoge a grupos sociales cada vez más vulnerables y empobrecidos. Este proceso lleva al gobierno local en 2008, bajo el mandato del alcalde Celestino Corbacho, a proponer el derribo de los bloques, que comenzaban a ser significados como un gueto y foco de conflictos sociales. Este plan de derribo finalmente no se ejecutaría.
La plaza interior de los bloques, que disponía de unas canchas deportivas, se convirtió en un punto caliente del barrio por las desavenencias entre los vecinos más antiguos y los nuevos vecinos jóvenes que llegaban al barrio y que hacían un uso intensivo del espacio público; este (la gestión de las pistas deportivas y el entorno de la plaza) fue el detonante de un conflicto fruto de unas relaciones tensas y complejas entorno a la inmigración.
En 2006 se había puesto en funcionamiento un Plan de Intervención Integral para barrios de «atención especial» en la Florida; entre las diferentes acciones proyectadas se contempló la construcción de un nuevo equipamiento: el Centre Municipal Ana Díaz Rico, con el que se pretendía, en parte, pacificar la situación, imponiendo su construcción en el emplazamiento de las pistas que ocupaban los jóvenes. Esa acción detonó nuevas tensiones que alimentaron algunos medios de comunicación; aparecieron en la prensa de entonces titulares como: «Jóvenes latinos se enfrentan en Hospitalet a los Mossos y la Policía Local lanzándoles piedras desde las ventanas» (Alerta Digital, 5 de setiembre de 2012), «Enfrentamientos en la Florida» (El País, 3 de setiembre de 2012) o «La Florida denuncia inseguridad», El Periódico, 4 de setiembre de 2012).
El equipamiento se inaugurará en enero de 2013 a pesar de carecer de recursos y personal; hasta fechas recientes, el equipo lo han formado una persona a cargo de la dirección, un guardia de seguridad de una empresa externalizada y una persona que se encarga de la recepción y que venía rotando cada seis meses siguiendo los planes ocupacionales municipales.
Creemos que el centro es un espacio potencial para generar nuevas dinámicas que, atravesado por el conflicto de su construcción y con tan escasos recursos, se configura como un tensor más en el contexto que requiere de acciones para reconstruir y fortalecer los lazos sociales que han de ser lideradas por la propia comunidad. En este escenario pensamos que el papel de lxs jóvenes y lxs niñxs es crucial para construir nuevos imaginarios, deconstruir los estigmas que pesan sobre el barrio y revertir el proceso de desposesión simbólica que sufren sus habitantes.
Este es un relato posible del contexto en que se desarrolla Des dels blocs. Claro está, es nuestro relato y es un relato muy parcial. Des dels blocs propone, precisamente, a los vecinos y vecinas de los bloques liderar un proceso de experimentación sonora y gráfica para narrar colectivamente y debatir el territorio que habitan.
Añoro aquellos Bloques Onésimo Redondo de los años sesenta y setenta en los que crecí, en los que residí desde mi nacimiento hasta treinta y seis años después empujado por los embates de la vida. Añoro esas humildes y sencillas gentes entre las que me crie, a las que veía como familiares pues la totalidad del barrio nos conocíamos todos aunque algunos fuera nada más de vista.
Al escribir mi comentario he cometido un error. Decía que añoro aquellos Bloques Onésimo Redondo de los años sesenta y setenta en los que me crie y a sus gentes modestas y sencillas. Viví en la barriada desde que nací en 1960 hasta 1996 en que me marché empujado por los embates de la vida. No obstante durante estos veinte años no he dejado de visitar el barrio con cierta frecuencia y cada vez que pongo los pies en él mil nostalgias invaden mi corazón y multitud de entrañables recuerdos afluyen a mi mente. Amo esa barriada.
Hola Andrés, disculpa la tardanza en contestar. Gracias por tu comentario, si en algún momento te apetece socializar esos recuerdos con nosotrxs pásate por el Centro Cultural Ana Díaz Rico La Florida (en la plaza de Los Bloques) algún lunes por la tarde. Allí estaremos para charlar y ver de qué manera podemos compartir lo que nos quieras contar o lo que nos quieras traer (imágenes, documentos…).
Un saludo