- Boicot a las obras remite al relato épico, común y compartido del barrio, aquel que ha construido su identidad, que representa la lucha de las clases populares contra la especulación inmobiliaria y la guetificación que segregaba las oleadas migratorias de los años 50 y 60 en los polígonos de viviendas de la periferia.
- En este relato rara vez aparecen las tareas, mayoritariamente feminizadas, necesarias para reproducir y sostener la vida. A su vez, invisibiliza la desmovilización del asociacionismo vecinal una vez restaurada la democracia.
- Ya en los años 80 y bajo mandato socialista, las políticas culturales democratizaron el acceso a la cultura, pero de rebote neutralizaron aquellas experiencias de autoorganización ciudadana en la gestión de la vida social y cultural de los barrios.
- La democracia se instauró al precio de un consenso que no era tal. El nuevo “espacio de convivencia y libertad” que ésta abrió, opuesto a la polarización ideológica que había llevado al país a la confrontación, se sustenta en un régimen hegemónico de representación.